Para la seguridad de su hogar y prevenir algún eventual riesgo para la salud, en caso de quebrarse una (LFC) Lámpara Fluorescente Compacta, la CONAMA recomienda:
- Antes de limpiar ventile la habitación.
- Evite pisar los restos de la lámpara.
- Retire los residuos evitando contaminarse las manos, puede usar guantes desechables o una bolsa y luego desecharlos envueltos en papel de diario y otro envoltorio como una bolsa resistente.
- Limpie las superficies que pudieran haberse contaminado con material del interior de las ampolletas con un papel o paño húmedo desechable, y
- Lávese las manos con agua y jabón.
"Según el toxicólogo David Ray, de la Universidad de Nottingham, citado por la BBC, una bombilla de baja energía tiene entre 6 y 8 miligramos de mercurio, cantidad que es por sí «muy pequeña». El peligro estriba en su acumulación en el cuerpo y especialmente en el cerebro por exposición repetida a ese metal"(1)El mercurio es tóxico a nivel del Sistema Nervioso Central y del riñón. Los síntomas de intoxicación crónica son básicamente tres: eretismo, temblor y estomatitis. La irritabilidad, hiperactividad, labilidad emocional, timidez, pérdida de la memoria, constituyen el eretismo mercurial o enfermedad del “Sombrerero Loco”.
Este último nombre proviene de los sombrereros que se intoxicaban en el proceso de secado de los sombreros, cuando el fieltro despedía vapores mercuriales, provenientes de los residuos de mercurio al tratar las pieles de roedores (conejos, liebres, ratas almizcleras, coipos, castores) con nitrato de mercurio. Actualmente, se usa peróxido de hidrógeno, bario para estas labores.(2)
Otros síntomas son alteraciones gastrointestinales como gastritis, gastroduodenitis, náuseas, dolor abdominal, vómitos y diarrea. También se presenta dolor de cabeza, dermatitis, trastornos de la visión y manchas de color pardo grisáceo en el cristalino, gingivitis (que aumenta con la falta de aseo), sangramiento y líneas azuladas en las encías.
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